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Adiós, Undertaker: Un día después

Publicado: 2017-04-03

No sé qué vaya a pasar hoy en RAW, y sinceramente no me interesa tanto como tal vez debería. Lo que es peor: nada de lo que pueda suceder en adelante podría interesarme tanto, o tan siquiera aliviar la pena que sentí anoche, y que siento aún ahora, al ver cómo un ─todavía─ don nadie del wrestling pasó por encima del que, para muchos –la mayoría de seguidores de la industria, quizá–, es el mejor y más poderoso personaje del deporte de entretenimiento, en sus casi cien años de historia. 

La pesadilla parecía no terminar nunca en los últimos diez minutos ─antes de este tramo, hubo bastante paridad─ de esta tristemente célebre lucha, más triste incluso, al menos para mí, que la que terminó con su racha invicta en los Wrestlemania a cargo de Brock Lesnar ─que, a diferencia de Reigns, ya es alguien desde hace varios años─, pues Roman dominó a placer a un Undertaker perdido, agotado, y absolutamente inútil en cada uno de sus movimientos. Lanza tras lanza. Superman Punch tras Superman Punch. Un sometimiento absoluto que ni el más escéptico pudo prever. Una versión lamentable ─que me hizo recordar por momentos a Randy the “Ram” Robinson, Mickey Rourke en The Wrestler (2008)─ del ídolo con el que todos crecimos, siendo testigos de su evolución y fortalecimiento como icono de la industria.

el 1 a 0: the undertaker vs jimmy "Superfly" Snuka en wrestlemania de 1991

Hoy, solo una sombra quedó, irónicamente, del famoso Príncipe del Valle de las Sombras. Una sombra tenue, una sombra que empezó a desvanecerse y desfigurarse por completo delante de los millones de seguidores que tan bien supo captar alrededor del mundo.

Se entiende que haya diferencias entre las realidades de ambos gimmicks: mientras Reigns, a sus 31 años, viene en claro ascenso como luchador, con un físico que ─hay que decirlo─ supera lo envidiable y una dinámica en combate cada vez mejor desarrollada, el inminente retiro del experimentado Enterrador era un cántico repetido en cada ringside, en cada bar, y en cada sitio donde se hable de lucha libre, en los últimos años. 

Y sí, se entiende, y no creo que haya alguien que no esté consciente de las condiciones humanas que se esconden tras estos bien armados personajes. Todo tiene su final, diría Héctor y, quizá con menos sabor, un científico. 

TU CARA CUANDO VENCES Y RETIRAS A TU ÍDOLO, Y SABES MEJOR QUE NADIE QUE NO ERAS EL INDICADO PARA HACERLO

Sin embargo, nadie imaginaba la forma tan humillante en que este retiro se daría: nada menos que ante el que debe ser el face más cuestionado y odiado de la actualidad de la industria ─hace rato que desplazó a Cena en esa infeliz contienda de quién tiene más haters─, y casi sin despeinarse, como si se tratara de un rival de tercera o cuarta categoría, y no el que, hasta hace poco tiempo, ostentaba con orgullo su invicto de veintiún peleas sin perder en la historia de los Wrestlemania, el PPV más importante del wrestling desde que fue instituido. La cachetada fue dura. Fue certera.

Y si bien "odiar" ─y aquí estoy cometiendo un eufemismo─ al samoano, al menos en primera instancia, resultó inevitable para los que queríamos algo más digno para el Hombre Muerto en su retiro, y ya con la cabeza más fría, no puedo hacer más que empezar a respetar un poco a tan ─técnicamente─ limitado y poco carismático personaje que, espero ─y esta debería ser su consigna en adelante, al igual que la de los creativos─, se convierta, con el pasar del tiempo, en una sustentada, creíble e irrefutable súper estrella que pueda explicar, post ─Undertaker─ mortem, por qué fue elegido para terminar con una carrera tan brillante y, además, con la historia de un personaje de estadísticas y relevancia incuestionables en la WWE.

la puta madre... es todo.

Este no es un simple llanto o desfogue, ni un lamento al estilo de un fan de serie de TV. E insisto, no me importa lo que pase hoy en RAW, y probablemente no me importe lo que pase en la WWE por un tiempo. Insultar al Undertaker ─que es, a fin de cuentas, lo que pasó anoche en Orlando─ fue insultarnos a nosotros y, sobre todo, a la propia historia de la industria.

Si hubiesen leyes que respetar en las storylines ─y ese sería un plano muy triste que, felizmente, no sale de mi imaginación y solo me sirve para desvariar (y consolarme) un poco en momentos como este, eliminar del plano, así, de esa forma, con esa frialdad, a The Undertaker, sería cárcel y cadena perpetua para los responsables. Que no les quepa la menor duda. Se pudrirían todos en la cárcel.


Escrito por

Rubén Ravelo

@rubenchoravelo Sanmarquino. Escribano (lamentable) nacido en Lima.


Publicado en

El rincón del desvarío

Espacio de libertad creativa, opinión y harto hueveo.